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jueves, 10 de noviembre de 2011

La Psicología Inversa, por Carolina Vilanova



La psicología inversa es la forma de decirle a la persona algo opuesto de lo que quiere que haga o piense.

Adorno y Horkeheimer, psicólogos (sic) de la teoría, sostienen que las personas respondemos en sentido opuesto o contrario de lo que se les dice.

Victor Frankl, psiquiatra y escritor preguntaba a sus pacientes más inestables: ¿Por qué no se suicida usted?”. En ese momento las personas imaginaban el suceso y encontraban un motivo para no hacerlo, a partir del cual empezaba a trabajar Frankl para sujetar a sus pacientes a ese motivo que les aferraba a la vida.

Ejemplos de psicología inversa.

 

-Hay empresas que limitan sus productos aunque se puedan conseguir fácilmente para que así la gente tenga más ganas de tenerlo. Si además de eso, les decimos: es difícil de conseguir, las ganas del comprador aumentan cada vez más y sus deseos son mayores.

-Cuando entramos en una tienda de ropa, por ejemplo vemos que nos gusta una prenda en concreto y vemos que solo queda una de nuestra talla pero seguimos mirando más cosas que nos gustan, de repente, vemos a otra persona que coge la misma prenda pero que no le interesa y la vuelve a dejar, por instinto saldremos ''corriendo'' a por esa prenda ya que pensamos: antes de que se la compre otro me la compro yo.

-Si a un niño/a les gusta mucho algun tipo de comida, pongamos como ejemplo un yogur, la madre siempre compra un pack de yogures en el que van varios sabores pero el niño siempre se come los del mismo sabor, entonces, la madre hace lo siguiente: compra solo de esos yogures durante semanas y semanas, al principio el niño está muy contento pero poco a poco ya no los va comiendo por que piensa: como mi madre quiere que me los coma, ya no los quiero. Así la madre consigue que el niño coma de todos los sabores de yogures y no solo uno en concreto.


Desventajas de la psicología inversa


-El problema de la psicología inversa es que es un recurso extraño y contrario a nuestros teóricos deseos. Es decir, el niño/a acaba haciendo lo que queremos, pero él cree que está haciendo lo contrario por lo tanto, si después de hacer algo inverso a lo que nosotros le hemos pedido nos mostramos complacidos generamos confusión, por que lo lógico sería que nos molestase.

-Los niños son capaces de grabar nuestras palabras, y quien sabe si cuando sean mayores empezarán a ver como bueno aquello que les deciamos cuando eran pequeños.

-Conclusión, se trata de una estrategia para utilizar como último recurso y tratar de ofrecer un mensaje claro y lógico, aparte de no repetirlo a menudo.

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